lunes, 13 de octubre de 2008

¡¡¡Hummers para todos!!!...



HUMMERS PARA TODOS (PARA MORELOS TAMBIEN PERO HUMMERS MILITARES PARA REPRIMIR)

Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

■ ¿Y la Hummer, amá?

■ Elba ceba corsarios

■ La frontera de lo militar

Elba Esther se monta las cananas envejecidas y anuncia que desde algún lugar de su montaña de riqueza habrá de desplegar marchas y movilizaciones multitudinarias para que el Congreso federal le otorgue más grandes rebanadas de pastel presupuestal. Por lo pronto, en vísperas de la gran batalla por 8 mil millones de pesos para aceitar el gran negocio llamado Alianza por la Calidad de la Educación SA, la lideresa ha hecho llegar a sus principales lugartenientes las llaves de un presente que preludia futuros botines a repartir: camioneta Hummer 2009, modelo H3, para cada uno de los modestísimos secretarios generales seccionales, aunque en un principio sólo se entregaron 12 de esos vehículos de a medio millón de pesos, a reserva de que el pedido para los 59 afortunados sea completado. Lo importante, en la capital de Sonora, era colocar la ostentosa zanahoria automotriz frente a los líderes de las secciones sindicales que deberán movilizar a miles de profesores por las calles en demanda de más dinero para la calidad de vida de la profesora, perdón, para la calidad de la educación. “Por primera vez nos vamos a movilizar, porque otros van (a las cámaras), suben y gritan, y pareciera que eso hay que hacerlo”, explicó la señora Gordillo, aplicada lectora de los tiempos políticos en curso y de la extrema debilidad del alumno blanquiazul al que en julio de 2006 ayudó a pasar un examen que tenía reprobado pero que luego se quiere hacer el occiso a la hora de pagarle con manzanas presupuestales.

Los maestros de a pie siguen, mientras tanto, sus rutinas de protestas tan acremente criticadas por los medios de comunicación metalizados. En Morelos continúa la lucha contra la Alianza Calderón Elba (ACE) y en respuesta no reciben Hummers civiles sino equipo un poco más especializado: hubo Hummers auténticamente militares, tanquetas, helicópteros y otros vehículos castrenses, además de cientos de soldados que a petición de la Policía Federal intervinieron para desalojar carreteras, irrumpir en domicilios sin llevar órdenes de cateo, detener a pobladores presuntamente involucrados en las protestas e incluso desaparecer a algunos de ellos. Tan grave resultó la decisión de involucrar al Ejército en tareas de represión política y social que el propio general secretario de la Defensa Nacional –según versión del diputado perredista Alfonso Suárez del Real– habría expresado durante un encuentro con la comisión legislativa del ramo su preocupación por el uso de militares en hechos como los de Xoxocotla. Según la misma fuente, el año entrante ya solamente habrá 500 miembros de la Sedena que apoyen tareas de seguridad pública, contra unos 3 mil elementos comisionados actualmente. Por lo pronto, el poder militar parece demasiado dispuesto a mostrarse en escenarios políticos candentes. Ya estuvo, como se dijo líneas atrás, en Xoxocotla, pero también hubo la noche del sábado reciente un rondín de soldados en San Salvador Atenco, y en especial en las zonas donde hay campamentos de protesta, lo que fue interpretado por los pobladores en lucha como una provocación clara. Otro vehículo militar, con ocho soldados a bordo, estuvo también en una plaza pública en la que Andrés Manuel López Obrador realizaba un mitin durante una gira por Michoacán.

El pasado fin de semana en Hermosillo, Sonora, y cuando el país empieza a enfrentar los embates más severos de la crisis económica mundial, la lideresa vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, repartió decenas de camionetas de lujo (modelo Hummer) entre sus incondicionales. En ese mismo cónclave, la jefa de la cúpula charra que se ha adueñado de la organización gremial exigió al Legislativo que incluya en el presupuesto de 2009 un monto adicional de alrededor de 8 mil millones de pesos y amenazó con ordenar movilizaciones de los afiliados para lograrlo. Por añadidura, Gordillo Morales lanzó una amenaza velada contra los maestros disidentes de Morelos, cuya representación sindical no asistió a la reunión de la capital sonorense: “Si no han querido venir, tendremos que actuar de otra manera”, deslizó la sucesora de Carlos Jonguitud Barrios, cuyas “maneras” de sujeción y control son harto conocidas.

Por si hiciera falta recordarlas, la propia cúpula del SNTE dio, la semana pasada, muestras fehacientes: por una parte ha sido partícipe, mediante su alianza con autoridades federales y estatales, de una represión injustificable y bárbara de la disidencia magisterial, represión de la que dieron cuenta organizaciones de derechos humanos que reportaron la comisión, en varias localidades de Morelos, de torturas y de tratos crueles, inhumanos y degradantes contra pobladores y maestros que participan en las movilizaciones de rechazo a la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE); por la otra, ha creado en el interior del organismo sindical una corrupta red de dominación mediante el reparto de prebendas, cargos y regalos diversos, como los vehículos de lujo distribuidos el fin de semana en Hermosillo entre los dirigentes seccionales.

Ante el exasperante panorama de descomposición, patrimonialismo y clientelismo con el que opera el grupo controlador del SNTE, resulta paradójica la campaña de opinión orquestada contra los profesores que se oponen a la ACE y el empeño por presentarlos como corruptos y obsesionados por mantener prácticas ciertamente indebidas, como la venta de plazas. Tras esa campaña hay el claro propósito de ocultar que el pacto firmado por la dirigencia gordillista y la presidencia calderonista, lejos de impulsar la calidad educativa y la transparencia en la relación entre la Secretaría de Educación Pública y el SNTE, constituye una manera de retribuir al liderazgo charro, con impunidad, control, dinero y cargos públicos, los favores electorales recibidos por Acción Nacional en los comicios de 2006. Por ello, lejos de combatir la corrupción imperante en el sector educativo, la ACE tiende a potenciarla, y a perpetuar al grupo de Gordillo Morales en la dirección del sindicato.

Es en el contexto del acuerdo entre el Ejecutivo federal a cargo de Felipe Calderón y la dirigencia ex priísta del SNTE que tuvo lugar la entrega de camionetas Hummer a los operadores de la lideresa, la cual, sobra decirlo, no pagó los vehículos con fondos personales: la cuenta corrió a cargo de los dineros que el gobierno transfiere a la cúpula sindical –que no al conjunto de los maestros–, es decir, del erario.

Es posible que ese dispendio no haya significado, en estricto sentido, una infracción de la legalidad. Pero la frivolidad con el que el liderazgo gordillista dispone de recursos que provienen de las arcas públicas, y para colmo en momentos en que el grueso de la población sufre el agravamiento de su pobreza a consecuencia de la crisis económica, constituye un abuso flagrante y una completa carencia de decoro y de pudor. Tales señalamientos corresponden también a la autoridad federal y exhiben, de manera inequívoca, la verdadera condición moral del grupo en el poder.

No hay comentarios: