lunes, 29 de septiembre de 2008

Razones...

Jorge Fernández Menéndez
SNTE-SEP: lo que parece, es

Al mismo tiempo que se aproximan las elecciones de 2009 y se acerca un momento de importantes definiciones internas en el gobierno federal, que deberá incluir cambios, movimientos en políticas, estructuras y miembros, las tensiones entre distintos factores de poder se acrecientan. Fue obvio que la reciente reunión de la Conago terminó, aunque los mandatarios hayan salido muy sonrientes en la foto que decidieron publicar, poniendo distancia con el Ejecutivo en varios temas, pero en uno especialmente preocupante: los gobernadores no quieren que las decisiones del Sistema Nacional de Seguridad Pública sean vinculantes, en otras palabras, que sean obligatorias para ellos mismos y, con todo el discurso falsamente federalista, lo único que están impulsando es un debilitamiento del Estado en la lucha contra la delincuencia. Paradójicamente, unas horas antes, un grupo de senadores, encabezados por Manlio Fabio Beltrones, le había ofrecido explícitamente ese apoyo al presidente Calderón, mientras que su paisano y compañero de partido se lo negaba. Y en julio hay elecciones en Sonora.
Pero tan delicada como la de seguridad es la situación en el ámbito de la educación. Allí están jugando simultáneamente varias fuerzas: el gobierno y la secretaria Josefina Vázquez Mota, el SNTE, encabezado por Elba Esther Gordillo, y los maestros disidentes, que buscan reventar la Alianza por la Calidad de la Educación, a la secretaria y al sindicato simultáneamente. En el discurso de estos últimos no hay nada que se acerque a la educación. No es el tema ni el objetivo: en todo caso, la coartada, para una lucha política que tiene que ver con las oposiciones más radicales, pasa por las plazas del magisterio, a las que quieren conservar como un bien patrimonial (lo que confirma, una vez más, el profundo conservadurismo de estos sectores que se denominan de izquierda). Pero, marchas o escándalos aparte, el verdadero problema en el ámbito de la educación no es éste, sino, una vez más, la confrontación, la puja política, entre la SEP y el SNTE, que tendrá esta semana otro capítulo central.
Para el miércoles está convocado en forma extraordinaria el Consejo Nacional del SNTE, que incluye a prácticamente toda la estructura de poder del sindicato. En el orden del día se especifica cuál será el eje del encuentro: se evaluará “el estado que guarda la relación del SNTE con la SEP” y se analizarán “los incumplimientos, rezagos y omisiones de la SEP con los trabajadores de la educación”. Y esa evaluación dejará en una situación muy precaria la relación entre el sindicato y la secretaria aunque, ambos, por separado, apoyen la continuidad y profundización de la Alianza por la Calidad de la Educación.
El sindicato, en el documento que está presentando a sus consejeros, estima que la SEP sólo ha cumplido con 3% de los compromisos que asumió con la Alianza. Sostiene que no se ha fortalecido la infraestructura escolar ni se ha contemplado en el presupuesto equipar con conectividad a 155 mil aulas. Que no se ha equipado con computadoras a los maestros porque se ha trasladado la responsabilidad a los gobiernos estatales y no se cuenta ni con el listado de los maestros que recibirían ese beneficio por entidad. Sobre los distintos programas especiales sostiene que, en escuela segura, la meta es inferior a la comprometida y, en las de tiempo completo, no hay proyecto curricular ni materiales de apoyo.
Pero uno de los capítulos clave es el de las plazas. Según el SNTE, no se ha entregado el informe de asignación de plazas; no se han formalizado los acuerdos para ello con las entidades federativas; hay entidades con plazas vacantes, como Nayarit, Baja California, Guerrero, Sinaloa, Puebla y Tamaulipas, sin sustentantes acreditados. Hay otras entidades que tienen vacantes y no se aplicaron los exámenes. Tampoco, dicen, se han entregado las actas de asignación ni se ha detallado el programa de apoyo para quienes busquen participar en esos concursos incluidas capacitación, becas y alternativas laborales. En otros puntos, dicen, no se ha informado de la conformación del órgano independiente que llevará a cabo el concurso para el ciclo 2009-2010.
Sostiene el documento de evaluación del SNTE que no han cumplido las autoridades con la creación del sistema de formación continua, con el programa del certificado de competencias profesionales y la creación de cinco centros regionales de excelencia académica. Tampoco, aseguran, existen lineamientos para la reforma de la carrera magisterial y no se ha respondido a los lineamientos que entregó el SNTE para el programa de estímulos a la calidad. Finalmente, dice el documento de evaluación, que será dado a conocer el miércoles, que no hay informes de avance en los programas de desayunos escolares; en las becas de Oportunidades; en la atención a niños con pobreza alimentaria, para niños con discapacidad, aptitudes sobresalientes y talentos específicos. En otro plano sostienen que no se ha presentado el avance sobre el programa de reforma de la educación primaria, desde la currícula hasta los libros de texto; tampoco los programas de formación cívica y ética o de inglés desde preescolar. Y en un capítulo central, el Sistema Nacional de Evaluación, dicen que no se ha emitido ni la opinión jurídica sobre la propuesta presentada.
Ya deberán las autoridades, sobre todo la SEP, establecer cuáles de estos señalamientos son justos o no. De lo que no cabe duda y debe ser tomado muy en cuenta es que, de alguna manera, el sindicato busca colocarse como el defensor de una Alianza que hace suya ante un gobierno que no está cumpliendo con ella. No se trata en realidad de una ruptura, pero sonará como tal y, en política, decía don Jesús Reyes Heroles, lo que parece, es. Y no ocurre en un buen momento.

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