sábado, 18 de octubre de 2008
Resultó peor el remedio... ¡¡¡jajaja que bueno!!!
Escrito por LJM
Mientras que cada día se observa más lejana una posible solución al conflicto magisterial de Morelos, que mantiene sin clases a cientos de miles de estudiantes de primarias y secundarias, han comenzado a surgir quejas en contra de los profesores contratados de manera temporal por el gobierno para impartirlas en algunos planteles reabiertos.
Por lo pronto, padres de familia denuncian que los maestros “improvisados o esquiroles”, como los califican los profesores que rechazan la Alianza para la Calidad Educativa, se han tomado atribuciones que no les corresponden y algunos han recurrido a la vieja fórmula de que “la letra con sangre entra” y han agredido a estudiantes.
Está concretamente el caso de la escuela Profesor J. Miguel Ceballos Durán, en donde según Marissa González, de la Asociación de Padres de Familia, el director en funciones, Hilario Campos Domínguez, quien prohíbe la entrada al plantel y amenaza con expulsar a los estudiantes que no quieran aceptar a los profesores sustitutos.
Además, acusan al director de usurpar funciones que sólo corresponden a la asociación de paterfamilias como son manejar gastos de fondos de inscripción, contratación de personal educativo extra para atender las asignaturas de educación física y aulas de medios, en un ciclo escolar que todavía no ha iniciado.
Casos similares se registran en otros planteles en donde se dice que hay profesores sustitutos que llegan con retraso a sus clases o bien tienen problemas para ser comprendidos por los alumnos.
Estas situaciones serán expuestas a la Comisión Estatal de Derechos Humanos para que intervenga y haga las recomendaciones pertinentes a las autoridades educativas.
Este contexto permite confirmar la incapacidad de las autoridades de seleccionar correctamente a quienes contratan como profesores temporales y pareciera que el remedio sale peor que la enfermedad.
Revela, inclusive, que es utópica la posibilidad de que los más de 20 mil maestros morelenses puedan ser sustituidos -temporal o definitivamente- por el gobierno, pues no hay tantos jubilados o normalistas para una acción de esa envergadura.
Por desgracia confirma -también- que mientras no haya diálogo y una solución al conflicto magisterial, los estudiantes no recibirán la educación del proceso enseñanza-aprendizaje que debe estar a cargo sólo de quienes están capacitados para ello.
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