Emiliano Zapata tenía como piedra fundamental de su proyecto de nación la educación gratuita de los niños y jóvenes campesinos de México. Como lo comprobó Lucino Luna, cronista de Anenecuilco,
El proyecto de nación de los de abajo nos muestra el enorme amor que los verdaderos mexicanos que han fungido como líderes en nuestra historia han vertido por los maestros. Hoy, en un país hundido en la corrupción, el desprestigio internacional, la narcopolítica y controlado por autoridades racistas y ecocidas, los maestros representan para esa clase dominante y su modo pervertido de entender la vida, un lastre, pero también un símbolo peligroso de independencia y revolución. Hoy, una de las mujeres más corruptas del continente americano, Elba Esther Gordillo, ha firmado un pacto con un presidente surgido del fraude electoral más oprobioso que ha existido en la historia reciente de Latinoamérica. Hoy, el gobernador de Morelos, que en repetidas ocasiones ha mostrado su repugnancia por las demandas de los pueblos indígenas y campesinos y que acaricia con elogios a los representantes de las empresas más corruptas del imperio español, también repudia a los maestros. Hoy, esta triada de funcionarios indignos plantea acabar con las escuelas normales y privatizar la educación. Hoy, si Villa y Zapata vivieran, esta triada ya estaría frente al pelotón de fusilamiento. Los maestros de la sección 19 están dando la mejor lección a los niños: defender lo más preciado que tenemos, la educación gratuita e universal. Los maestros llenan nuestra plaza de armas de dignidad y hacen justicia al devolverle las casetas de peaje al pueblo. Nuestro estado se siente orgulloso de ser origen de esta lucha patriótica que se extiende a pasos agigantados por todo el país. Señor gobernador, le ruego deje de defender a Elba Esther Gordillo, le ruego deje de avergonzarnos a los verdaderos morelenses.
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